jueves, 9 de octubre de 2014

Códices: Códice calixtino, Códice de las Huelgas y Códice del Libre Vermel

Códice es uno de los formatos del libro. Se compone de cuadernos plegados, cosidos y encuadernados.


Habitualmente, se puede escribir en ambos lados de cada hoja, denominados páginas, que pueden numerarse. Aunque técnicamente cualquier libro moderno es un códice, el término se utiliza comúnmente para libros escritos a mano (manuscritos) en el periodo previo a la imprenta (es decir, hasta el fin de la Edad Media)


CÓDICE CALIXTINO


El Códice Calixtino es una joya manuscrita del siglo XII, considerada la primera y más célebre guía del Camino de Santiago.  El volumen, custodiado en la catedral de Santiago hasta el 2011 (año en el que fue sustraído del templo por un antiguo trabajador, que lo mantuvo escondido hasta que la policía lo encontró 12 meses más tarde) está integrado por sermones, himnos, milagros, textos litúrgicos, piezas musicales y relatos sobre el apóstol Santiago y la ruta jacobea. 









Constituye el de Compostela el ejemplar más antiguo y completo . Los textos fueron redactados en diversas épocas y de forma independiente, pero la autoría del último de los libros que completan el Códice Calixtino, en el que se habla concretamente del Camino de Santiago, fue atribuida a un monje cluniaciense, el fraile francés Aymeric Picaud.







Los 225 pergaminos que componen el Códice Calixtino se dividen en cinco libros y dos apéndices. El primer libro  versa sobre liturgia católica; el segundo y el tercero -Libro de los Milagros y Traslado del Cuerpo del Apóstol a Compostela,sobre el apóstol Santiago; el cuarto, sobre las conquistas del rey franco Carlomagno y el último, el Libro del Peregrino, es una completa guía para quien emprende la ruta jacobea hacia la capital gallega.




El Códice Calixtino se abre con dos folios en los que el pontífice Calixto II relata, a través de una carta dirigida a «la muy santa asamblea de la basílica de Cluny» y a «Diego Gelmírez, arzobispo de Compostela», los testimonios relacionados con los milagros realizados por el apóstol Santiago recogidos «recorriendo las crueles tierras y provincias durante 14 años». La misiva se completa con detalles sobre cómo sobrevivió el manuscrito a diferentes peligros.


A continuación, el Códice Calixtino da paso al Libro I, una compilación de textos litúrgicos para las celebraciones religiosas en Santiago que acapara casi todo el grueso del manuscrito medieval tan de actualidad tras su hurto de la catedral en julio del 2011 y su posterior recuperación exactamente un año más tarde. Le sigue el Libro de los Milagros, la narración de 22 prodigios de la mano del apóstol Santiago. No es hasta el tercer libro cuando la obra comienza a introducir la tradición de la peregrinación a través del relato de la etapa de evangelización del Apóstol y el traslado de su cuerpo hasta Galicia.

El Libro IV aborda la aparición de Santiago a Carlomagno, detallando a lo largo de 28 folios la entrada del rey en la Península, la derrota de Roncesvalles y la muerte de Roldán. La leyenda narra que Santiago se le apareció a Carlomagno en sueños para incitarlo a liberar el sepulcro compostelano de la invasión musulmana. Para ayudarlo a tal empresa le mostró, a través de un camino de estrellas, la dirección que debía seguir.
Cierra el Códice Calixtino el quinto libro, el más conocido, traducido y ensalzado de todo el volumen. Se trata de una extensa y completa guía destinada al peregrino que describe la ruta del Camino Francés, sus enclaves, las costumbres de los pueblos y ciudades por los que pasa el itinerario y los santuarios que el caminante no debe dejar de visitar. Incluye, además, una serie de consejos prácticos para el viajero y advertencias sobre los peligros que podría encontrarse en su aventura hasta Compostela. A lo largo de 11 capítulos, el Iter pro Peregrinis ad Compostellam repasa las jornadas, los hospicios, los accidentes naturales que se cruzan en el recorrido, los santos que «descansan» en él, la ciudad de Santiago de Compostela.La catedral, el sepulcro, otras iglesias de la capital gallega- y las indicaciones sobre cómo acoger a los peregrinos.
Los cinco libros se completan con un apéndice que incorpora al códice un repertorio de cantos litúrgicos para las grandes ceremonias en conmemoración del apóstol Santiago, 21 composiciones polifónicas que, desde el punto de vista musical, constituyen la parte más importante del manuscrito.

CÓDICE DE LAS HUELGAS

Es el único manuscrito polifónico de la Edad Media que todavía se conserva en el lugar de origen y pertenece a la misma orden donde fue copiado hace más de siete siglos.





Su lugar de origen es el Monasterio cisterciense femenino de clausura de Santa María la Real de Las Huelgas, en Burgos,  en el cual se preservan 150 libros supervivientes al paso del tiempo, entre ellos,   el Codex Las Huelgas.






Este libro manuscrito es conocido entre los bibliófilos y los musicólogos como Codex Las Huelgas, Codex IX o Hu.
Contiene piezas musicales de naturaleza religiosa compuestas entre los siglos XII y XIV.
Ciertamente consiste en un repertorio polifónico occidental del Ars Antiqua.
Este arte musical “antiguo” se caracteriza por contener los siguientes estilos: motete, conductus, organum y secuencia, y se corresponde al período medieval de la Historia de la música occidental.

Codex Las Huelgas, Codex IX o Hu

Es un manuscrito de gran formato (461 x 410 mm), compuesto por 170 folios, encuadernado con tapas de madera de 1 cm de grosor y forradas de piel.
El códice está articulado por 19 fascículos (cuadernos) de pergamino, mediante la combinación de quiniones, quaterniones, terniones y bifolios, al igual que el resto de códices medievales, independientemente de su naturaleza cartularística, gramatical, religiosa o litúrgica.
Contiene letras iniciales en color preferentemente rojo y azul, incluso se encuentran en color marrón, pero en menor grado.
Está escrito por varias manos.
La mano principal puede que se corresponda con la figura de Johannes Roderici (esp. Juan Rodríguez), que además de ser el scriptor que transcribió la mayoría de las piezas a partir de un códice o un acervo de fragmentos más antiguos, sabemos que fue un experto clérigo musicólogo autor de otras obras musicales.
Se sabe que retocó algunos de los tenores originales de los motetes.
Este clérigo litterati transcribió la obra usando la notación mensural, hecho que ha facilitado la transcripción del códice y su comparación con la notación moderna.
Este método de transcripción ha ayudado también mucho en la transcripción de otros manuscritos musicales con notación cuadrada, tanto españoles como del resto de Europa.
El manuscrito fue copiado a comienzos del siglo XIV, hacia 1325, durante el abadiazgo de María González de Agüero (1319-1338).
Se le reconoce la singularidad de ser el único manuscrito polifónico medieval que se ha conservado en su mismo lugar de origen en que fue creado o mandado compilar, y de hecho ha servido para la realización de los oficios divinos cantados de la comunidad de madres cistercienses de Las Huelgas.
    


El códice, más que descubierto, fue identificado y valorado en su singularidad en 1904 por los monjes benedictinos del también monasterio burgalés de Silos, Luciano Serrano y Casiano Rojo, durante un inventario y estudio de códices gregorianos por las diferentes bibliotecas y archivos eclesiásticos y civiles de España.



Fue dado a conocer en 1931 por el musicólogo catalán Higinio Anglés, que realizó un estudio crítico y aportó un facsímil del manuscrito.




Codex Las Huelgas: Partituras

La música se presenta tanto en forma de partituras como en partes separadas.
La notación es franconiana, con algunas anomalías propias y exclusivas de este códice, que los expertos explican mediante una posible falta de familiaridad del transcriptor o los compositores con la teoría de Franco de Colonia (teoría franconiana),la usual en los otros códices coetáneos; o bien, debido a una tradición española propia y especial.
El contenido del códice de Las Huelgas es siempre litúrgico, abarcando casi todas las formas musicales del momento.
Es un manuscrito fundamental para el conocimiento de la práctica polifónica en España.
Todas las piezas pertenecen al canto gradual y no al Antifonario; es decir, que debían interpretarse en la Misa, y no en el Oficio divino.

CÓDICE DEL LIBRE VERMEL

El “Llibre Vermell de Montserrat” (Libro Rojo de Montserrat), es un manuscrito medieval conservado en el Monasterio de Montserrat (Barcelona), que constituye uno de los pilares de la música medieval española.

 Fue copiado en los últimos años del siglo XIV, y debe su nombre a su encuadernación en terciopelo rojo, hecha a finales del siglo XIX. 

Contiene una colección de cantos medievales, y otro contenido de tipo litúrgico, que data de finales de la Edad Media.
El propósito con que fue redactado el Llibre Vermell, lo explica con detalle una nota redactada en latín , en la que se advierte a los peregrinos que debían evitar “las canciones vanas y los bailes poco honestos durante su viaje y estancia en Montserrat“. Cantar y bailar en la iglesia, era una costumbre medieval bien arraigada, frente a cuyos abusos reaccionaron múltiples sínodos y concilios.


Los cantos son en catalán, occitano y latín y son todos de autor desconocido. A pesar de que la colección fue copiada a finales del siglo XIV, la mayor parte de la música se cree que es anterior. Por ejemplo, el motete “Inperayritz de la ciutat joyosa“, posee un texto distinto para cada una de las dos voces, estilo que ya no se utilizaba cuando el manuscrito fue copiado.
Inicialmente contenía 172 folios escritos por las dos caras, de los cuáles 35 se han perdido. De los 137 restantes, sólo siete contienen música, los comprendidos entre el 21v y el 26v. Por tanto, sus páginas musicales no pasan de doce.
Las piezas de la colección son diez:
  • O virgo splendens 
  • Stella splendens 
  • Laudemus Virginem 
  • Splendens ceptigera 
  • Los set gotxs recomptarem
  • Cuncti simus concanentes 
  • Polorum Regina, omnium nostra 
  • Mariam, matrem Virginem 
  • Inperayritz de la ciutat joyosa / Verges ses par misericordiosa
  • Ad mortem festinamus 
“El repertorio musical del “Llibre Vermell de Montserrat” es fruto del espíritu de devoción nacido hacia mediados del siglo XIII bajo la influencia, de la orden franciscana. Los franciscanos, con sus ideales de pobreza y humildad, estimularon con su ejemplo la piedad de las gentes sencillas, que se unían a ellos para orar y cantar, extremo que contrasta con el de órdenes como el Císter, entre los muros de cuyos monasterios encontraban refugio distinguidos miembros de la nobleza. Si en monasterios cistercienses como el de Las Huelgas, directamente vinculado a la casa real de Castilla, se entiende que sonasen las ricas polifonías de la Escuela de Notre Dame, también se entiende que lo que cantaban los franciscanos fuese básicamente un repertorio “reciclado”, compuesto de ideas muy sencillas; su pista no es fácil de seguir, puesto que su primera transmisión fue oral.

Si la creación del primer corpus musical sacro de carácter popular se debe a los franciscanos, a otra de las nuevas órdenes mendicantes que aparecieron en el siglo XIII, la de los dominicos, se debe el estímulo del culto a María. Ello favoreció la aparición de un repertorio específico de canciones populares marianas, y de otras menos populares debidas a compositores cultos como eran trovadores y troveros. De unas y otras quedan en la Península Ibérica dos testimonios excepcionales, uno de carácter culto, las “Cantigas de Santa María“, y otro de carácter popular, aunque sólo en parte, el “Llibre Vermell de Montserrat“.
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El propósito del repertorio del Llibre Vermell, manuscrito en el que fue copiado entre los años 1396 y 1399, lo explica la nota intercalada entre sus dos primeras piezas. Dice en latín, lo siguiente:

“Quia interdum peregrini quando vigilant in ecclesia Beate Marie de Monte Serrato volunt cantare et trepudiare, et etiam in platea de die, et ibi non debeant nisi honestas ac devotas cantilenas cantare, idcirco superius et inferius alique sunt scripte. Et de hoc uti debent honeste et parce, ne perturbent perseverantes in orationibus et devotis contemplationibus.”
“Dado que a veces los peregrinos, cuando velan en la iglesia de la Virgen María de Montserrat, quieren cantar y bailar y también desean hacerlo de día en la plaza, y allí sólo deden cantarse canciones honestas y devotas, por tal razón hay escritas algunas antes y después [de esta nota]. Y deben utilizarse honesta y moderadamente para no estorbar a quienes perseveran en oraciones y devotas meditaciones, en las que todos los que velan deben de igual modo insistir y dedicarse devotamente.”
No obstante, al menos dos de las diez composiciones que incluye el manuscrito, ‘Mariam, matrem‘ e ‘Inperayritz/Verges ses par, son piezas que no es posible que estuviesen destinadas a los peregrinos a quienes alude la nota. 
STELLA  SPLENDENS (Anónimo) – “Llibre Vermell de Montserrat” (S. XIV).


LETRA:
Sequitur alia cantilena omni dulcedine plena [...]
ad trepudium rotundum:
[Estribillo]
Stella splendens in monte
Ut solis radium
Miraculis serrato,
Exaudi populum.
[Coplas]
Concurrunt universi
gaudentes populi,
divites et egeni,
grandes et parvuli,
ipsum ingrediuntur
ut cernunt occuli,
et inde revertuntur
graciis repleti.
Principes et magnates
extirpe regia,
saeculi potestates
obtenta venia,
peccaminum proclamant
tundentes pectora,
poplite flexo clamant
hic: Ave Maria.
Prelati et barones,
comites incliti,
religiosi omnes
atque presbiteri,
milites, mercatores,
cives marinari,
burgenses, piscatores
praemiantur ibi.
Rustici, aratores,
nec non notarii,
advocati, scultores,
cuncti ligni fabri,
sartores et sutores,
nec non lanifici,
artifices et omnes
gratulantur ibi.
Regine, comitisse,
illustres domine,
potentes et ancille,
iuvenes, parvuli,
virgines et antique,
pariter vidue
conscendunt et hunc montem,
et religiose.
Cetus hii aggregantur,
hic ut exhibeant
vota regraciantur,
ut ipsa et reddant
aulam istam ditantes,
hoc cuncti videant,
iocalibus ornantes
soluti redeant.
Cuncti ergo precantes
sexus utriusque,
mentes nostras mundantes
oremus devote,
Virginem gloriosam,
matrem clementie,
in celis graciosam
senciamus vere.
 [TRADUCCIÓN]: Estrella Resplandeciente.
Sigue otra cantilena llena de suavidad [...]
en una danza circular.
[Estribillo]
Estrella que, como un rayo
de sol, resplandeces
con milagros, en Montserrat:
escucha tu pueblo.
[Coplas]
Todos los pueblos acuden
alegres hasta aquí,
ricos y pobres,
adultos y niños;
aquí se adentran,
a la vista de todos,
y de aquí salen
llenos de gracias.
Príncipes y magnates
de real estirpe,
poderosos del mundo,
obtenido el perdón,
anuncian la remisión
de sus pecados
y, arrodillados,
exclaman: Ave María.
Prelados y barones,
condes famosos,
religiosos de todas clases,
y también presbíteros,
soldados, comerciantes,
marineros,
ciudadanos y pescadores,
aquí son recompensados.
Campesinos, labradores
y notarios,
abogados, escultores,
junto con carpinteros,
sastres, zapateros
e incluso laneros,
artesanos todos,
aquí dan gracias.
Reinas, condesas,
damas ilustres,
matronas y esclavas,
doncellas y niñas,
vírgenes y ancianas,
junto con las viudas
y las religiosas,
suben a esta montaña.
Todos se congregan
y aquí sus promesas ofrecen,
y se llenan de gracias
para poderlas cumplir,
y después de enriquecer
y adornar
esta mansión,
regresan en libertad.
Mientras suplicamos,
hombres y mujeres,
purificando nuestras conciencias,
roguemos devotamente
a fin de conocer de verdad
en el cielo a la Virgen gloriosa
y llena de gracia,
madre de clemencia.
Cuncti simus concanentes – “Llibre Vermell de Montserrat” (S. XIV)
(A ball redon).


LETRA:
Cuncti simus concanentes: Ave Maria.
Virgo sola existente en afluit angelus,
Gabriel est appellatus atque missus celitus.
Clara facieque dixit: Ave Maria.
Clara facieque dixit, auditi karissimi,
En concipies Maria: Ave Maria.
En concipies Maria, audite karissimi.
Pariesque filium: Ave Maria.
Pariesque filium, audite karissimi.
Vocabis eum Ihesum: Ave Maria.
 [TRADUCCIÓN]:
Cantemos todos a una: Ave María.
La Virgen estaba sola; he aquí que se le presentó el ángel,
su nombre es Gabriel y ha sido enviado del cielo.
Y con rostro resplandeciente exclama: Ave María.
Con rostro resplandeciente exclama, escuchad, queridos:
“He aquí que concebirás, Maria”: Ave María.
He aquí que concebirás, María, escuchad, queridos:
“Y parirás un hijo”: Ave María.
Y parirás un hijo, escuchad, queridos:
“Le llamarás Jesús”: Ave María.

1 comentario:

  1. hola me ha encantado el articulo y me ha ayudado mucho en mi trabajo para el instituto

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